Por Yuteita Valeria Hoyos Ramos.
Leí a López Bárcenas en la licenciatura, cuando estudiaba derecho, sus palabras me motivaron como mixteca a hablar sobre que es ser persona indígena, hasta ese momento, era solo parte de mi, y aunque estaba orgullosa de mi vida, historia e identidad, sentía que a nadie la importaba, y también porque me daba cuenta que algunas personas se burlaban de mi en la facultad cuando contaba de las formas de vida de mi pueblo. Por eso cuando llegué a la RAI me sentí tan acobijada, porque tuve la sensación inmediatamente de que estaba en el lugar correcto, con MUJERES, dónde se puede ser una misma, y compartir historias que nos unen, historias de dolor, pero también de alegría, que cuentan nuestro caminar entre el pueblo y la vida fuera de el, desde las coincidencias. Disculpen la distracción, siempre me emociono al recordar la felicidad que fue conocer a la RAI, de la que hoy tengo el honor de ser coordinadora general.
Hace unos meses, la maestra Flora Gutiérrez, nos compartió la entrevista que la periodista Gloria Muñoz Ramírez realizó al abogado mixteco, y que se titula «Francisco López Bárcenas: Los pueblos tienen sus propios planes de vida», publicado en el suplemento Ojarasca del periódico la Jornada (https://ojarasca.jornada.com.mx/2024/09/13/francisco-lopez-barcenas-los-pueblos-indigenas-tienen-sus-propios-planes-de-vida-2193.html)
Un texto claro y contundente, donde López Bárcenas, nos da pauta del contexto político y social de la política sobre pueblos indígenas de los gobiernos de la transformación. En esta entrevista, el abogado afirma, que el presidente Andrés Manuel prometió programas al estilo de los 70 (indigenismo y corporativismo indígena), NO derechos, y realmente no lo había pensado de esa forma, repasé en mi memoria y efectivamente desde entonces como hasta hoy, su discurso fue el del «tata Cárdenas» y su asistencialismo colonialista, pero también hubo un uso confuso y manipulador del lenguaje que a muchas nos hizo pensar que buscaría cambios estructurales. Si, también creí en su palabra en algún momento. Y me queda muy claro que la verborrea y el juego de los discursos políticos han sido y son tan eficientes; también debemos aprender de ello; es fundamental poner nuestra palabra clara y fuerte, siempre desde la ética y congruencia.
Coincido, fue Adelfo Regino, su circulo cercano, las oficinas regionales del INPI y sus homólogos en las entidades, fueron quienes prometieron reivindicaciones históricas, derechos sobre nuestros territorios, y quienes hicieron totalmente lo contrario, le jugaron al caciquismo local, a las formas del PRI, PAN, PRD, ahora pintados de Morena. Se aliaron a los cotos de poder regional y a los intereses de las empresas extractivistas; no solo fueron indiferentes ante múltiples violaciones a derechos humanos de los pueblos, por el contrario, ellos ejercieron violencias, muchas de ellas contra mujeres indígenas, a la herida colonial se sumó el machismo de los compañeros, su imposición del poder a través del acoso, hostigamiento, abuso, incluso violaciones sexuales.
Respecto a los cambios legislativos, tal como lo dijimos desde RAI, es una reforma que decepciona, que nuevamente usa un lenguaje populista y engañoso que pretende mostrarse como la gran panacea, pero realidad es pobre e incluso limita y retrocede en el reconocimiento de nuestros derechos humanos. Ahora nos llaman «colectividades» soslayando nuestro carácter de sujetos POLITICOS, y ensalzan el ser sujetos jurídicos, lo cual es un reconocimiento importante (no niego que es un avance) pero insuficiente, si no contamos con la seguridad jurídica del territorio que habitamos ¿Dónde ejerceríamos esos derechos que tanto anhelamos? Es una reforma que no combate el racismo, que no toca las fibras de esta estructura.
En otra temática, es la primera vez que leo una crítica profunda al Catálogo de pueblos indígenas, yo me quejaba con un colega del Instituto Poblano de Pueblos Indígenas, le decía que era un gasto innecesario, porque los pueblos sabemos que somos pueblos, y aquí leo con más argumento y claridad, es una forma de control, de vigilancia hacia los pueblos.En la entrevista, Francisco Bárcenas habla brevemente respecto al crimen organizado, porque hasta en la tinta es complejo y peligroso, lo cierto es que todas sabemos que el papel de la DO es imponer, aprovechar, dividir y desestabilizar a los pueblos.
Constantemente caigo en la desesperanza frente a este sistema racista, y las múltiples violencias que vivimos como mujeres y comunidades; por eso cuando el abogado Bárcenas me recuerda que los pueblos siempre nos unimos y organizamos ante la adversidad (y la enfermedad), que los cientos de años de resistencia lo demuestran, que la existencia de RAI lo demuestra, que se atiza el fuego de mi corazón para seguir construyendo juntas.